-transformación de Valparaíso.
-encasillamiento del concepto artístico.
TRANSFORMACIÓN DE VALPARAÍSO: Los encantos de Valparaíso, y mas aun, desde su nominación como patrimonio de la humanidad, han incrementado la actividad turística en este puerto, y con ello, han comenzado las “transformaciones de la cara de Valparaíso”. Así, han surgido diversos proyectos como son EL BORDE COSTERO, MALL BARÓN, JUMBO, Además de gran número de edificios que se enclavan a los pies de los cerros porteños . De acuerdo al proyecto de Borde Costero, se plantea la construcción de una vía longitudinal que cruzará todo el proyecto del borde costero y agrega el uso hotelero y residencial a ese sector. Al sur de la bodega de Simón Bolívar, en el sector de Barón centro, se propone un área inmobiliaria de una superficie de 3.000 metros cuadrados donde se reserva espacio para dos hoteles, con categoría cuatro o cinco estrellas. Al norte del sector Barón, se propone levantar una torre o una construcción emblemática y representativa de Valparaíso. También se propone la creación de pórticos de 3,50 metros de altura de piso, en Barón, en calle Freire, en el sector de avenida Francia y en el sector de la bodega Simón Bolívar. Una de las gracias de Valparaíso, está en que su geografía permite la configuración de un anfiteatro natural, donde todos los habitantes de los cerros tienen privilegiadas vistas hacia la bahía y al resto de la ciudad. Esta característica de la ciudad es compartida por todos los habitantes de los cerros, independiente del valor del suelo donde se emplacen sus viviendas. En Valparaíso mientras mas lejos del plan mas baratos son los terrenos. En los sectores periféricos (que corresponden a la zona de mayor altura), se emplazan los barrios más populares de la comuna.
A diferencia de lo que sucede en Santiago, en donde los precios se incrementan en las áreas más privilegiadas, de manera que los terrenos económicos carecen de cualidades ambientales o de localización, en Valparaíso los terrenos mas económicos cuentan con una cualidad envidiable y compartida por todos, la vista a la bahía. Esta es una de las principales razones por la cual organizaciones y movimientos ciudadanos critican y se oponen a la construcción de edificios en altura tanto en el cerro como en el plan y al Proyecto Borde Costero.
ENCASILLAMIENTO DEL CONCEPTO ARTISTICO: las actividades “culturales” son promovidas tanto por la Municipalidad como por organismos ligados a la cultura, como es por ejemplo, la Fundación Valparaíso. Estas entidades promueven las iniciativas artisticas, y de su mano las calles de los cerros Concepción y Bellavista, se han llenado de murales, apologias del Valparaíso bello, tradicional y turistico al que nos hemos acostumbrado a ver en nuestras visitas a este sector, todas ellas con una correspondiente autorización municipal. Sin embargo, aquellas expresiones que salen del prototipo artístico porteño, son censuradas por los vecinos de los cerros mas “top” de la comuna, conjuntamente con la acción de la municipalidad. Es así como el arte callejero, cuyo principal exponente esta en los graffitis, es censurado, perseguido y reprimido. Sin embargo el interés de las personas que gustan del arte callejero es persistente, y la municipalidad ha debido destinar
ciertos lugares para el desarrollo de su arte, sin embargo los graffitis son solo temporales, pues los artistas van rotando y deben pintar sobre un mural anterior. La temporalidad de su arte deja en claro una desvalorización por parte de los organismos encargados, a diferencia de lo que ocurre con murales como los que encontramos en el llamado “museo a cielo abierto”. Esto plantea un problema, en el sentido en que Valparaíso, se ha convertido en una especie de ciudad burbuja, para las personas que residen en ella, intocable, impidiendo el vinculo del hombre con su entorno. Así lo plantea Luciano San Martín, profesor de la Universidad de Playa Ancha “Si la gestión patrimonial está al margen de significados cotidianos, será una pieza de museo sin valor. Hoy, lo patrimonial se maneja a partir del lugar común, de lo decimonónico y lo romántico, con una lectura un tanto nerudiana y mercurial de lo que el puerto significa. Sin embargo, la gestión que viene a continuación no puede parecer un péndulo entre lo político y lo mediático. Se deben explicitar voluntades políticas que den cuenta de los problemas de la ciudad y sus soluciones, debemos alejarnos de lo discursivo y pasar a la acción. Si la gestión de la ciudad sólo se maneja en lo histórico-arquitectónico del sector antiguo nominado como Patrimonio, se corre el riesgo de potenciar una figura ajena a la realidad cotidiana del habitante de la ciudad y de los sectores ubicados por sobre avenida Alemania. En este sentido, cualquier intento de educación patrimonial (no sólo escolar sino ciudadana) puede provocar un eje de tensión entre lo que el discurso dice que es la ciudad y lo que cotidianamente siento y veo de ella. El que la ciudad sea de todos y por lo tanto genere complicidad, pasa por construir una realidad común y no lecturas paralelas de la realidad urbana”.







